viernes, 9 de julio de 2010

EL ÁRBOL

Un árbol arrancado del sueño del poeta
seca sus raíces al aire de la sierra
duerme estéril en la tierra
añora el manantial fresco de tu hoguera.

Hojas mustias en sus ramas secas
lloran sangre, derraman semillas enfermas.

Duro el tiempo de la espera
agónico final en tu brecha
no riega ya la tormenta
mueren los peces en las acequias.

Levanta sus ramas podridas
todavía quedan hálitos de vida
un esqueje escondido en la piedra
se alimentó del fragor de tu estela.
Una lágrima del rocío de tu alma
revivirá en la espesura del bosque
despertará el calor de la flor durmiente
reanimará su corazón latente