martes, 24 de septiembre de 2013

ORACIÓN


Oh, dulce tierra
cuyo aroma fresco y amable se apaga
no llores a las estrellas.
Véngate a tu manera, cruel, despiada y austera.
El cielo se volvió sordo,
el ruido humano enloqueció su mente
y alrededor de las nubes solo volaron asteroides inútiles.
Oh, dulce tierra
grita, tiembla, destruye, muere.
Eres tan poderosa como la diosa más simple
que desnuda es capaz de amar o matar al más fuerte .
Antaño te amaron tanto, esos hombres que hoy te destruyen.

Y la tierra clamó a los cielos
implorando que estallara una tormenta de rayos y truenos.
Y la tierra desterró al hombre
de su esencia dolida, ensangrentada y sucia.
Y la tierra amaneció podrida, mustia, amarga y muerta.


Oh, dulce tierra
regresa a tus orígenes
vuélvete fuego y hielo
hasta hundirnos en las profundidades abisales de tus océanos embravecidos, furiosos y envenenados.

Y reinará la desolación y el silencio.
Oh, dulce tierra
¡Qué paz inundará tus sentidos!
¡Qué placeres recorrerán de nuevo tu cuerpo!